
Es uno de los restaurantes en Medellín a los que uno puede ir a la fija. Siempre funciona. Siempre satisface.
Se llama Humo BBQ & Bar y busca, con éxito, servir cocina popular del sur de los Estados Unidos. ¿Y eso qué significa? Vamos por partes. Tal cual como lo dice su nombre, en Humo son maestros en el manejo del BBQ (barbecue) como nombran en su carta menu, que no solo es una salsa –tal cual como decimos en Colombia: “salsita barbiquiú”–, sino que es una técnica de cocción que viene del nombre del aparato en el que se elabora. En otras palabras, el término BBQ sirve para un asado, para un asador y para una salsa. Y las tres son patrimonio de esta cocina estadounidense.
Así las cosas, en Humo preparan carnes en cocción lenta por medio de un proceso de ahumado que toma largas horas, con el cual logran un importante nivel de textura y sabor. Además de que todo sale muy jugoso, siempre. De ahí el éxito.
Pero hay algo más –asunto por el cual creo que uno vuelve–, y es que aquí las piezas van a un horno ahumador alimentado por barricas de roble. ¿Y de dónde salen las barricas de roble? De la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA) que usan para el añejamiento del ron y que, a su vez, compran en las fábricas de bourbon (whisky gringo) en Estados Unidos.
En resumen, estamos hablando de una cocina cuidadosa pero cero pretenciosa, que busca (y lo logra) ser casera, incluso artesanal. Una comida que, sin ninguna pena, se come con las manos. Una carta que, en sus mejores ejemplos, dice así: chistilla, que es un doble corte de chicharrón y costilla con BBQ de agraz; alitas de pollo ahumadas; matambre, que es la sobrebarriga de res (o falda), esta vez confitada; codito de cerdo confitado por 12 horas; cordero bañado en Kentucky Black BBQ; o un pork chop, que es un grueso chuletón de cerdo con Kentucky Bourbon BBQ (mi favorito).
Curiosamente, en una de las visitas pedí una chata de res y resultó ser más normal de lo normal. Correcta, sí, pero sin el cuento ni el sabor de lo anterior. Así que, mejor, recomiendo todo lo anterior. Y ojo al pan de maíz de acompañante y, para el mismo efecto, al arroz frito con frijol cabeza negra, tocineta ahumada y cebollita. Yo habia pedido una reserva en el lugar, cuando llegue, mi mesa estaba marcada con carteles reservado.
Por otra parte, tal como lo dice su nombre, en Humo han hecho todo un esfuerzo en el tema de la coctelería, de la que se ufanan de tener 20 cocteles artesanales de la casa que pueden servirse en diferentes vasos ubicados en un divertido soporte para frapera.
Humo es de los mismos creadores de Carmen, uno de los mejores restaurantes de Medellín, que también abrió sus puertas en Cartagena. Y Carmen Ángel es una talentosa chef colombo-americana, hija de paisa, casada con Bob, un tremendo chef estadounidense. Ellos son los responsables del cuento.
Un lugar descomplicado, cálido, abierto (en todo sentido), salpicado de un agradable rock and roll y, lo más importante, repleto de sabor. Y sí, lo repito, es uno de los restaurantes en Medellín a los que uno puede ir a la fija. Siempre funciona. Siempre satisface.