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Atento a la acuciante necesidad mundial de reducir el consumo de combustibles fósiles, el Poder Ejecutivo Nacional lanzó, a fines de marzo pasado, el Plan RenovAr.

En el contexto de la grave crisis energética heredada de la “década ganada”, que obliga a gastar decenas miles de millones de dólares en compra de gas y combustibles (distribuidor de gasoil, mayorista gasoil), el gobierno nacional ha puesto en marcha un importante programa para impulsar las energías renovables.

Este es un compromiso tomado por los países en reunión reciente en París sobre calentamiento global. Cada vez hay más consenso en la gravedad del asunto y en las medidas que deben ir en dirección a reducir el consumo energías producidas por combustibles fósiles.

Ya en 1998 se había sancionado la Ley 25.019 que declaraba de interés nacional la generación de energía eléctrica de origen eólico y solar. Estipulaba el fomento de su uso e investigación. A fines de 2006 se sancionó la ley 26.190 estableciendo el régimen nacional de fomento de las fuentes renovables para la producción de energía.

Reglamentada tres años más tarde, prácticamente produjo resultados muy limitados. En setiembre del año pasado el Congreso sancionó la Ley 27.191 que retoma el propósito de la anterior, actualiza y amplía los beneficios y establece una serie de mecanismos concretos para el fomento del uso de energías renovables.

A fines de marzo pasado el PEN reglamentó la ley y el mes pasado lanzó el Plan RenovAr, anunciando la convocatoria para la contratación en Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) de 1.000 MW de esta energía.

La Ley citada define: “Son las fuentes renovables de energía  no fósiles idóneas para ser aprovechadas de forma sustentable en el corto, mediano y largo plazos; energía eólica, solar térmica, solar fotovoltaica, geotérmica, mareomotriz, undimotriz, de las corrientes marinas, hidráulica, biomasa, gases de vertedero. Gases de plantas de depuración, biogás y biocombustibles, con excepción  de los usos previstos en la Ley 26.03” (los que se mezclan con naftas y gasoil). Para centrales hidroeléctricas establece una potencia máxima de 50 MW.

Actualmente las energías de fuentes renovables aportan sólo 1,8% de la matriz energética, la ley y el Programa RenovAr prevén alcanzar el 8% en 2018 y el 20% para el 2025.

La ley ha establecido importantes y atractivos beneficios impositivos y de financiamiento para los emprendimientos. Un instrumento clave de la Ley es el Fondo Fiduciario para el Desarrollo de Energías Renovables (Foder), al que el gobierno ha dotado de 12.000 millones de pesos para que inicie su cometido.

El Foder puede financiar proyectos, otorgar avales y garantías para respaldar los contratos de compraventa de energía eléctrica a suscribir con Cammesa. La autoridad de aplicación, el Ministerio Energía determinará los términos y condiciones de los instrumentos y cómo se administrarán y otorgarán las líneas de crédito, avales y garantías.

También está previsto que los fondos se asignen prioritariamente en relación con el parámetro del mayor porcentaje del componente nacional.

Existe gran interés nacional e internacional en el programa, así lo afirman empresas y la Cámara Argentina de Energías Renovables (CDER). Sostiene que el indicador que se utiliza para medir el potencial de producción muestra que para energía eólica la Patagonia y la Pampa Húmeda, energía solar en el NOA y Cuyo y biomasa en el NEA son los más altos del mundo.

Hay parques eólicos funcionando en Rawson, Chubut y parque Arauco en La Rioja y fotovoltaica en San Juan. Se estima que para alcanzar el 8% previsto se invertirán unos 2.500 millones de dólares. En el caso de la energía eólica tiene la particularidad de generar empleo muy por encima de la energía convencional.

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