
Liam Freeman — Desde el instante en que se estableció en mil novecientos cincuenta y dos, Moncler se ha transformado en homónimo de las chombas de plumas, como ha pasado con Burberry y la gabardina o bien con Hermès y los pañuelos de seda. Mas del mismo modo que esas marcas, desea ser conocido por mucho que sus productos de confianza –lo como no es sorpresa, dados sus expepcionales orígenes–. Empezó como un fabricante de sleeping bags en la localidad de Monestier-de-Clermont –Moncler es una abreviatura de este nombre–, mas fue transformada en dos mil trece por el directivo general Remo Ruffini, que transformó una marca en ruina en la próspera empresa de ropa de deporte de mucho lujo que en la actualidad conocemos –tan italiana ahora, como francesa–.
¿Y el próximo capítulo? El pasado febrero, a lo largo de la semana de la moda de Milán, Moncler lanzó su proyecto Genius de chomba con logo –que Ruffini describe como “un simposium de psiques creativas y un sitio inspirador”– poniendo fin a los desfiles Gamme Rouge –femenino– y Gamme Bleu –masculino– de la compañía que fueron diseñados por convidados como Giambattista Valli y Thom Browne.
En su sitio, 8 diseñadores fueron convidados a reinterpretar el ADN de Moncler. En un cavernoso hangar milanés, descubrieron simultáneamente sus compilaciones en presentaciones teatrales ejecutadas sin parar. Simone Rocha nos transportó a un paisaje neviscado donde las modelos serpenteaban por la pasarela utilizando creaciones etéreas bordadas con motivos florales. Mientras, Pierpaolo Piccioli de Valentino brindó un toque de alta costura reverencial a su compilación, poniendo a las modelos en un escenario tipo altar con vestidos de gala; obras de arte del fraile Sidival Fila colgaban en las paredes de arriba. Las compilaciones han sido lanzadas mensualmente desde ese momento.
El miércoles veinte de febrero, 2 nuevos diseñadores se unen a las filas. El pequeño prodigio británico Richard Quinn –que recibió el primer Premio Queen Elizabeth II al diseño británico de Su Majestad exactamente el mismo día del desfile Moncler Genius del año pasado– y el nativo de California Matthew Williams, de Alyx, se presentarán al lado de los 8 originales.
“La compilación se trata de unir genuinamente el planeta de Moncler y el planeta de Alyx”, afirma Williams, con exactamente el mismo enfoque práctico que define sus diseños. Nos reunimos con el diseñador de treinta y tres años a lo largo de las pruebas en la sede de Moncler en Milán. La severidad de sus pantalones de cuero negro, sus brazos tatuados espléndidamente y su buzz cut militar están en glorioso contraste con su trato vivaz.
Como ex- directivo creativo de Lady Gaga y ex- directivo artístico de Kanye West, Williams está inextricablemente vinculado a la música y la moda. Es apropiado entonces que ciertas lonas de su compilación Moncler Genius tengan una calidad acústica. “Es una feliz coincidencia”, afirma, mientras que arregla una chaqueta hecha de material de cometa en una modelo. Cada gesticulación genera un sonido de silbido que provoca un cosquilleo en la columna vertebral. “A ciertas personas les chifla y otras personas afirman, ‘¿en qué momento se callará esa prenda?'».
Williams prácticamente siempre y en todo momento diseña escuchando música. En su lista de reproducción ahora hay una mezcla de hip-hop moderno en la que figuran Lil Gotit, Skepta, Playboy Carti y “un conjunto de chicos de Philadelphia que son verdaderamente buenos” –Matt Ox y Lil Uzi Vert del colectivo de producción Working on Dying–.
Mas la relación entre la moda y la música no acaba ahí. Las costuras de un impermeable mate con el logo de Alyx en relieve se han sellado con soldadura ultrasónica. Esta técnica de fabricación, utilizada más generalmente en la industria del embalaje, une los materiales a través de ondas de sonido de alta frecuencia y presión –al igual que el borde del folder de plástico en la que guardarías las notas de clase o bien de la universidad–. El enfoque de Williams para el diseño es instintivo: “No soy tan estratégico de esa forma cuando pienso en el mercado o bien en la trayectoria de negocios”, afirma. “Honestamente, solo hago ropa que no me aburre. Viene de un sitio de cosas que deseo emplear o bien que me agradaría ver que se pongan mi esposa o bien mi novia”.
El “matrimonio” entre Moncler y Alyx del que habla Williams es uno sin variación armonioso, centrado en la innovación técnica y las elabores valientes. Es, tras todo, el motivo por el cual Williams decidió trasladar a su familia de la ciudad de Nueva York a la urbe de Ferrase, en el norte de Italia. “Cuando deseé empezar mi marca, me percaté de que Italia era uno de los pocos lugares del planeta donde podría crear todas y cada una de las categorías que deseaba, con la mejor calidad y con los mejores materiales”, explica. “Es una enorme experiencia, estar en la treintena y aprender sobre una nueva cultura, un nuevo sitio. Y es un enorme sitio a fin de que los pequeños crezcan” –tiene 2 hijas con su pareja (y cooperadora) Jennifer: Valetta y Alyx, de las que toma su nombre la marca–.
Las hebillas de metal pesado que se han transformado en una característica para el diseñador están omnipresentes en los cinturones e inclusive en las sandalias. La lona semitransparente se usa para alinear muchos de los abrigos, transformando el relleno en un propio. Los restos de los patrones de las camisetas han sido tejidos en nuevos hilos y utilizados para hacer más camisetas. Mas el héroe de la compilación Genius es dos fáciles leggins. Creados utilizando tecnología de tejido sin costuras –un proceso que suprime prácticamente por completo el desperdicio–, el hilo en sí está hecho de un sedal de pescar reciclado. Esta idea de reducción es un tema congruente hasta en las botas de Williams, que están hechas de caucho vulcanizado.