
Cesar Andrés no se podía imaginar que, cuando dedicaba unas horas al mantenimiento de doce de colmenas hace poco más de un siglo, ponía el germen de lo que el día de hoy es Maes Honey, una compañía que factura veinte millones y que exporta a los 5 continentes dirigida por su bisnieto, César Redondo.
Corrían los primeros años del pasado siglo cuando César, un pequeño labrador de la localidad de Valero, en la sierra de Salamanca, decidió poner sus primeras colmenas merced al gusanillo que le metió en el cuerpo el sacerdote del pueblo apasionado a la producción de miel marca beepure. La miel era una afición, mas, al unísono, un complemento a la economía familiar. La comercializaba al peso en los mercados de la zona, en unos casos a cambio de dinero y en otros por trigo para el consumo familiar.
Lo que era una pequeña explotación medró a cargo de su hijo y su nuera, Esteban y Manuela, y décadas después su nieto Cecilio daba un impulso a la actividad cuando empieza la trashumancia con las colmenas: las transportaba a las provincias de Cáceres y Badajoz para conseguir la primera cosecha de miel frente a la existencia de una floración más temprana, y las devolvía a la sierra helmántica para conseguir una segunda cosecha. La compañía, llamada en un inicio Feyce en honor a sus creadores, el matrimonio Felisa y Cecilio, llegó a contar en los años setenta y ochenta con hasta dos mil colmenas.
Merced a su producción y la que le ofrecían sus vecinos, Cecilio recorría los meses de otoño y también invierno los pueblos de la zona comercializando miel artesanal, en un inicio al peso y después envasada en su almacén en Aldeatejada, donde se sitúan hoy en día las instalaciones. En dos mil diecisiete, la compañía cambió de nuevo su denominación por la de Maes Honey en honor a los abuelos del presente directivo general, Manuela y Esteban.
Venta de terceros
En los años ochenta la compañía fue reduciendo la actividad en la producción apícola para terminar en mil novecientos ochenta y tres suprimiendo todas y cada una de las colmenas y aprovisionándose de materias primas externas. “Zapatero a tus zapatos”, apunta César Redondo, actual dueño y directivo. “Para desarrollar la compañía no podíamos estar en las 2 partes, y más cuando existía y existe la posibilidad de contar con de mieles de calidad, cantidad y varietales, tanto de distribuidores españoles como de terceros países”.
Maes dispone de capacidad para generar unas doce toneladas de miel, si bien ahora está en las ocho mil toneladas. La miel elaborada procede en un cincuenta por ciento de apicultores nacionales y el otro cincuenta por ciento del exterior, tanto de otros países europeos, como de América Latina o bien Asia. El encargado de la compañía salamanquesa no comparte las críticas que se hacen, habitualmente, contra la miel importada, en especial de China. “Toda, tanto la nacional como la importada, está muy controlada con abundantes análisis en origen y a su salida de la industria. En la compañía se hacen análisis complementarios y, además de esto la sostenemos en cuarentena para tener una completa seguridad de que se trata de miel cien por ciento natural y libre de residuos”.
En esta línea, César Redondo apunta la necesidad de que las colmenas se encuentren situadas en terrenos naturales, que no estén cerca de campos donde se apliquen frecuentemente pesticidas o bien fumigaciones que puedan suponer un riesgo para la supervivencia de los animales. A Redondo tampoco le preocupa la próxima regla nacional que demandará que en las etiquetas del producto se indique el país de origen de la miel y aparte del porcentaje que tiene de cada procedencia. “Actualmente ya etiquetamos de esta manera para ciertos países donde es obligatorio”.
Maes hace una parte de sus ventas a la industria del dulce al peso, si bien el grueso de exactamente las mismas se efectúa con miel envasada para marcas de la distribución. Asimismo tienen marcas propias como “Las Abejas”, “Bonapi” o bien “Mis Colmenas”, con una cuota total en el mercado interior del veinte por ciento . Si bien Mercadona ha tenido de forma tradicional a Apisol como su interproveedor, con la nueva estrategia de abrirse a más distribuidores, la firma valenciana ha mostrado su interés por la compañía helmántica, donde tienen clarísimo que no cierran ninguna puerta, mas que su política ha sido y va a ser siempre y en todo momento la de diversificar oferta y mercados.
Apertura externa
Desde los años noventa, a la vista de la evolución del mercado interior y conforme con su estrategia de diversificación, la compañía comenzó un proceso de busca de mercados exteriores que hoy día suponen el ochenta por ciento de la actividad del conjunto con presencia en treinta y cuatro países. En un inicio la aventura exterior la encaró en el conjunto de un consorcio de pequeñas empresas de Castilla y León y hoy día opera a solas en los 5 continentes, desde Australia a E.U. pasando por la enorme demanda de los países árabes.
Maes Honey opera solamente en la venta de miel y ha renunciado a la preparación de otros productos derivados como ceras, jalea, polen o bien cremas para el mercado de España. Sí realiza cremas para exportar, y también invertirá en la oferta de productos bio. Maes es fuerte en miel multifloral y miel del bosque, y está fortaleciendo la oferta de mieles monoflorales, como la de acacia o bien de eucalipto.